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04/04/2019 –  5 minutos de lectura
Por Findasense

Según datos publicados por Bocking ⎼que cruzó las opiniones de 128 millones de huéspedes con las búsquedas de cientos de miles de viajeros el 50% de los viajeros  acepta conversar con un bot para obtener información, uno de cada tres (33%) dice que preferiría dormir en un alquiler vacacional antes que en un hotel, mientras que uno de cada cinco (21%) está considerando incluir su vivienda en plataformas como Airbnb.

En cuanto a la selección de destinos, además de la opinión de los otros viajeros, se suma un dato interesante que implica un cross selling entre ficción y realidad, pues en la elección ahora también aparecen  elementos de la cultura moderna, como películas y series. De hecho, destinos como Croacia, España e Islandia, escenarios de Juego de Tronos, atrajeron al 29% de los viajeros estudiados; Londres, ubicación de series como Sherlock o The Crown al 21% y 13%, respectivamente; y Nueva York y Manhattan fueron buscados por un 13%, por programas como Billions.

El viaje transformador

Los analistas de la industria coinciden en señalar que el cliente se ha vuelto más experiencial que material. Muchos turistas ven los viajes como un vehículo para tener experiencias gratificantes de autorreflexión, aprendizaje y desarrollo personal. De aquí se acuña el término de “viaje transformador”, que se va popularizando en el sector.

Según Booking, 2 de cada 5 personas están interesadas en una experiencia de viaje de salud y bienestar y cerca de la mitad (48%) tiene la intención de usar su tiempo de vacaciones para «reflexionar y tomar mejores decisiones de vida».

En este sentido, la demanda de experiencias crece y se posiciona sobre los servicios tangibles. Los viajeros quieren experimentar durante el viaje nuevas actividades y sensaciones, relacionadas con la autenticidad del destino, otro aspecto que va ganando posiciones.

Trabajo y nomadismo digital

El poder trabajar de forma remota fue dando lugar al nomadismo digital, muy valorado por los segmentos más jóvenes, ya que les permite realizar viajes de larga duración.

Esto ha generado el deseo de moverse una vez cada tres o seis meses y no echar raíces en una sola ubicación

Con el nomadismo digital vienen los viajes lentos, donde los viajeros llegan a explorar un destino en profundidad y construir relaciones con la comunidad local. Si la experiencia es buena, hay grandes oportunidades de que estos nómadas digitales las reflejaran en sus plataformas sociales de comunicación, regando la web de información valiosa de marketing de boca en boca.

En materia de trabajo y ocio el «bleisure» (la unión entre “business” y “leisure”, es decir, negocios y ocio) sigue levantando vuelo. La línea entre estos dos tipos de viajes se va haciendo borrosa, ya que muchos optan por tomarse unos días libres alrededor de un viaje de negocios para explorar un destino.

Booking indica que el 49% de los viajeros de negocio ya opta por viajes de bleisure, por lo que la habilidad de transformar un viaje de negocios en un viaje de ocio (y viceversa), será un recurso relevante para la industria del turismo de esta época.

Millennials: experiencias únicas en conexión total

No solo son la población económicamente activa más numerosa de la historia, sino uno de los grandes impulsores de una nueva forma de entender los viajes, pues buscan una completa inmersión cultural. “Quieren experiencias auténticas desde una perspectiva local. No quieren shows para turistas”, afirman los especialistas del sector.

La realidad dice que son un segmento creciente de jóvenes viajeros globales hi-tech, con predilección por las experiencias genuinas. El perfil de estos viajeros viene impulsando con fuerza las plataformas colaborativas como nuevo patrón de consumo, basado en la confianza y la reputación.

Si bien los datos dicen que 3 de cada 4 quieren conocer una nueva cultura que los aleje fundamentalmente de su rutina, al mismo tiempo que valoran las experiencias genuinas y el contacto cara a cara; también quieren tener conectividad continua con una variedad de paquetes de servicios. La necesidad de contar su experiencias en tiempo real por canales digitales también explica esta necesidad.

Para ellos, el viaje forma parte de su vida, por lo que viajar se ha transformado en algo básico. Así, uno de cada dos millennials tiene en su móvil apps relacionadas con viajes, pues la posibilidad de comunicarse constantemente con los proveedores de servicios antes, durante y después del viaje es vital.

Según datos de la industria, los millennials en promedio consultan más de 10 sitios online antes de comprar, hacen casi todas sus compras online y 2 de cada 3 planifica su viaje a través de un smartphone. Además, más del 40% de ellos compran sus viajes a través del smartphone y el 27% lo usa para reservar hoteles online. Un 82% busca comentarios de otros turistas para tomar su decisión.

Hacia la más pura experiencia del cliente

“La experiencia del cliente comienza cuando te encuentran en Google, no cuando llegan a tu tour”, dicen acertadamente desde el marketing especializado en la industria, en una frase que condensa el arduo recorrido que los operadores deben seguir si quieren garantizar una experiencia relevante.

Esto, sumado a que el impacto de un viajero en la marca es crucial (hasta un 70% de la credibilidad de una propuesta de valor pasa precisamente por las recomendaciones de los turistas), hacen que la experiencia del consumidor sea el punto crucial de cualquier estrategia.

Lo social, local y móvil (SoLoMo) seguirá marcando la ruta de las estrategias de marketing. La unión de estos tres conceptos sigue estando presente en el ciclo de viaje del turista. Desde que decide el destino hasta que finaliza el viaje, el viajero comparte la experiencia en sus redes sociales, se informa y compra a través de opiniones y recomendaciones de otros clientes.

Debido a lo anterior, no solo las plataformas, sino los destinos turísticos tenderán a ser cada vez más inteligentes, incorporando la infraestructura tecnológica necesaria para hacer accesible al visitante la información local personalizada y contextualizada, incrementando la calidad de su experiencia en el destino.

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